
VIERNES 13
2009
Tenés que tener cierta edad para comprender lo que fue la saga de Martes 13. Digamos que la primera rodada en 1980 por Sean S.Cunningham fue un film Clase B iniciador de un estilo imitado hasta el hartazgo por miles de cintas de terror con enfoque adolescente. Como el Carrie de Brian de Palma que dio origen al doble final inesperado del cual se hizo uso y abuso a posteriori o el Duro de matar de John Mc Tiernan que reinventó un estilo de acción también influencia de miles de trozos de celuloide, Martes 13 (o Friday the 13th, tal el título original) crea un esquema básico y sencillo que se basa en un grupo de varios pibes bastante pelotudos (engreídos, nerds, idiotas, hay varios estereotipos), unas minitas sumamente trolas (salvo la que le va a hacer frente al mortal asesino), mucha cerveza, diálogos descerebrados, diversión desenfrenada, sexo infaltable y la presencia de Jason Voorhees (ningún pariente lejano de Jorge Luis Borges, no no no…) que, salvo en la primer película en la cual es la madre quien se ocupa de los menesteres sangrientos, se encargará de una vendetta que constará de apilarse individualmente a cada uno de estos visitantes del Lago Cristal de las mas diversas formas; los asesinatos de Jason eran lo mas divertido y esperado de la hora y media de historia. Y te cagabas en las patas. Era un terror simple, con un gore casi infantil si lo comparás con Hostel, Hatchet o la saga de Saw pero efectivo y bastante fuerte para esos jóvenes ochentas.

Si viste de pendejo alguna de las primeras 4 (para mí lo rescatable de la saga) creo que vas a sentir como yo un dejo de tristeza y estupor por la forma en que Hollywood se encarga de destruir uno a uno los personajes de nuestro pasado (incluyendo a las series de TV) en pos de unos dólares que los hagan sobrevivir en el naufragio de ideas en el que vive en el presente. Sería bueno que alguno de estos símbolos slashers tomara forma de carne y hueso y se les apareciera en la cama e hiciera justicia por todos nosotros.