18 de mayo de 2019


— Hay amigos que hace mucho que no veo con los que me encantaría conversar.
— ¿Y por qué no planteás un encuentro?
— Por miedo a que no les interese juntarse. O que tal vez el tiempo nos haya llevado por rutas distintas y no encontremos hoy un lugar en común. O que lo que nos haya unido antaño fuera sólo una circunstancia o un momento irrepetible sin bases en el alma. O por temor a que su sentimiento hacia mí no fuera el mismo. O porque no me gusta molestar. O porque el pasado tal vez esté pisado y olvidado.
— ¿Y tus ganas de juntarte?
— Quizás no sean tantas. O quizás estoy razonando demasiado lo que sólo hay que sentir.
— Qué jodidamente idiota es el ser humano... ¿No?
— Sí.