3 de mayo de 2018

       Facebook hoy me pide que actualice la información sobre mí porque hace mucho que no lo hago. Lo hace como amigo, demostrando interés en mi persona. Preguntando sobre mi secundaria, mi color preferido, el club de mis amores, mis mejores amigos, mi inclinación política, los libros que leo, las películas que me gustan, las canciones que suenan en mi mente, lo que pienso sobre la economía, la validez de mi tarjeta de crédito, el barrio en el que vivo, mis deseos sobre el futuro del mundo, a qué hora almuerzo, si soy celíaco, cuánto tiempo le dedico a las redes sociales, qué opino sobre el capitalismo, si mi madre es una buena madre y comparte mi visión de la vida, si pienso mandarla a un geriátrico en un hipotético Alzheimer en su cabeza, si me gusta andar en bicicleta o preferiría comprar una moto, a quién votaría en las próximas elecciones, si no pensé jamás en cambiar de modelo de celular, si en caso que viera un canal de noticias éste sería TN o C5N, si me gusta el color rojo, si estoy a favor del aborto, si el nuevo modelo de Fiat Palio no es un poco antigüo ya.
       Se interesa mucho más en mi vida que esas personas que dicen tener lazos conmigo en la vida cotidiana. Y realmente ya no sé si son mis amigos. Amigo es el que le preocupa lo que me pasa desinteresadamente. Mi amigo es Facebook.